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Hoteles con firma
05/2015
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Entre algodones en Barcelona
Antigua sede de la Fundación Textil Algodonera en la Ciudad Condal, el exclusivo hotel Cotton House rinde homenaje a esta flor esponjosa con un diseño de lujo a cargo del decorador Lázaro Rosa Violán.
Javier Mazorra CataluñaActualizado Viernes, 22 de mayo de 2015 - 11:01h.Imprimir esta noticiaEnviar a un amigoA-A+
Lo primero que nos recuerda el primer hotel en Barcelona de la exclusiva Autograph Collection es el concepto de club que los británicos desarrollaron durante el siglo XIX. Y no puede tener más sentido. Durante muchos años, este edificio de la Gran Vía, que fue construido por una de las grandes familias relacionadas con la industria textil catalana, sirvió como sede de la Fundación Textil Algodonera, siendo utilizado como un club social. Y ese espíritu sigue presente en su transformación como hotel de lujo.

Si en algo se quiere distinguir Cotton House de otros hoteles de Barcelona es en intentar crear un ambiente lo suficientemente cercano como para que el cliente se sienta cómodo e integrado de inmediato en una de las casas más singulares de la ciudad. Y como toda casa con verdadera clase, la del número 670 de la Gran Vía barcelonesa no se distingue de forma especial en su entorno. Muy al contrario se integra pasando casi desapercibida.

Sorpresas en el interior

A diferencia de algunas de sus vecinas, no fue construida en estilo modernista, decantándose por unas sencillas pero rotundas líneas neoclásicas tanto en su momento inicial como en sus ampliaciones. En el interior comienzan las sorpresas al haberse encomendado su decoración a Lázaro Rosa Violán, quien ha querido ser fiel a la historia del edificio pero marcando territorio con alguna de sus señas de identidad.

Los diferentes blancos se van alternando.
Para recordarlas, basta dar unos pasos hacia el Paseo de Gracia para ver alguna de sus obras, como El Nacional, el nuevo punto de encuentro gastronómico del Eixample integrado por una decena de restaurantes distintos. Cotton House es obra de Rosa Violán pero, al contrario de lo que ocurre en otros de sus trabajos, aquí impera el blanco en todas sus tonalidades como indiscutible homenaje al algodón, el gran protagonista del proyecto.

A veces puede ser crudo y chirriante como ocurre con los sillones y sofás de la entrada, contrastando con el calor de las maderas y tejidos de estilo colonial que lo envuelven. Otras veces se decanta por un blanco marfileño casi amarillento u otro que transmite frescor, pureza, pero al mismo tiempo confort, como ocurre en las habitaciones. Las hay de siete tipos, incluyendo algunas suites, pero todas ofrecen la sensación de estar entre algodones. Y de una manera real, al haberse elegido unas sábanas con hilo egipcio de la más alta calidad. Algo que se repite en toallas y albornoces.

Un espacio llamado Gossypium

Por otra parte, el huésped está rodeado de motivos relacionados con la flor y la planta del algodón. Entre los elementos arquitectónicos destaca un espacio octogonal, más allá de la recepción, de donde salen dos escaleras. Una imperial, construida en mármol, y otra en hierro, que no sólo parece sino que se mantiene sin sujeción aparente, ya que pende de la estructura del último piso. Los amantes de experiencias distintas deben subir por esta escalera de caracol hasta el cielo, donde encontrarán una gran terraza que acoge la piscina, el solarium y que una inusitada vista de la Sagrada Familia.

Las líneas neoclásicas imperan en el edificio.
La planta más interesante, sin embargo, es la Principal o la Primera. Allí, Rosa Violán ha manipulado de la forma más imperceptible y elegante los grandes salones del gremio de algodoneros. Ahí está el bar que se abre a una terraza-jardín y el restaurante, llamado Batuar y cuajado de guiños a la industria textil, además de sorpresas como un rincón donde encargar ropa, nada menos que a Santa Eulalia, la máxima referencia de la alta burguesía catalana a la hora de vestir.

Todo está integrado en un gran espacio común decorado por múltiples objetos y obras de arte sin un estilo definido pero transmitiendo buen gusto al que se ha llamado Gossypium. Es el nombre latino de la flor del algodón, pero al mismo tiempo se ha querido jugar con el concepto británico de gossip o cotilleo. Un lugar que nos lleva de forma natural y desenfadada a la época dorada del edificio y de una Barcelona que se estaba convirtiendo durante la primera mitad del siglo XX en la gran metrópolis de hoy.

| Cotton House. Autograph Collection. Gran Vía de les Corts Catalanes, 670. Barcelona. Tfno: 93 450 50 45. Internet: www.hotelcottonhouse.com. 83 habitaciones de siete categorías. Paquete romántico de una noche con cena, desayuno y sorpresas por 550 euros. Consultar tarifas y ofertas.